Este club de playa nace de una memoria compartida: la de los veranos frente al mar, cuando las familias yucatecas esperaban con emoción la llegada de la feria. Colores vivos, juegos, música, sol y esa sensación de libertad que sólo el verano podía ofrecer. Esa nostalgia alegre es el alma de este proyecto.

Diseñado como un espacio para reconectar con esos recuerdos —pero también para crearlos de nuevo— el club ofrece un ambiente vibrante y familiar, lleno de guiños a la estética de las ferias costeras: desde los juegos tradicionales hasta los acentos de color en mobiliario y acabados. La alberca y las áreas comunes invitan al descanso y la diversión en comunidad.

Aquí, el diseño no busca imponer, sino evocar. Cada rincón está pensado para que el visitante se sienta parte de una historia conocida, reinterpretada con frescura y calidez en las playas de Santa Clara.